Las emociones al igual que todo son energía, su rango vibratorio es más elevado que el campo denso de la materia, se relaciona con la capacidad de sentir. Las emociones nos permiten experimentar la vida y reaccionar frente a los acontecimientos que enfrentamos, provocando cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato. Al usar una gema o cristal, sobre el cuerpo o a través de su ingesta como elixires, estas influencian directamente en nuestras emociones, a través de su vibración, las gemas y cristales despiertan los registros de experiencias vividas que habitan nuestro cuerpo, activando las emociones actuales, despertando lo que tenemos dentro, ya sea positivo o negativo, las gemas y cristales expanden nuestra consciencia, para darnos cuenta de muchas conductas dañinas y limitantes que nos llevan a estar en el estado que nos encontramos, es su principal función a nivel emocional.

Es un rango vibratorio aún más elevado que el del cuerpo emocional. La principal función es estructurar, comprender, ordenar y clasificar lo que estamos experimentando a través de la emoción, aquí se encuentran nuestras creencias, estructuras de pensamientos, los juicios, prejuicios, marco valórico y lo que entendemos como “correcto e incorrecto” entre otras cosas. Al usar las gemas o cristales su vibración nos ayuda a promover y sostener nuevas formas de pensamiento que se traducen en nuevas conductas como resultado en nuestro proceso de sanación.  En este caso, el uso apropiado de gemas,  es a través de la meditación con ellas o la ingesta de su energía.

Es el cuerpo sutil de más alta vibración.  En este tramo energético encontramos nuestra experiencia en relación a lo Divino, nuestra forma de fe y la forma cómo vamos comprendiendo la existencia y nuestra relación con el TODO. Al usar las gemas su cristales, estas nos generan apertura hacia la consciencia, ayudándonos a conectar con nuestro propio aspecto Divino, y nos ayudan a permanecer fieles a  nuestra Esencia y que nos guía en nuestro proceso evolutivo.